(Soneto con estrambote)
Con poco tiempo de pensar despacio
y menos pausas de sentir sin prisa,
se nos está rizando el pelo lacio
y alisando la piel de la sonrisa.
Viviendo esta odisea sin espacio,
con el cuello pidiendo otra camisa,
hay quien anda entre el "quemo este palacio"
y el "sigue tú, que a mi me da la risa"
Por más que pueda estar de nuestro lado
la razón sin recargo de conciencia,
por más que esté el reloj medio parado,
no se puede apelar a la violencia
ni al desmantelamiento de estado
para solucionar una indecencia.
Fabrica la imprudencia
banderas que la historia nos recuerda
que se suelen teñir de sangre y mierda.
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