11 Marzo 2013
Queriendo no olvidar a veces suelo
pararme a ver el paso de los trenes.
el trasiego de gente en los andenes,
la vida en la estación que asume el duelo.
Sin querer no llorar a veces lloro
bajo el techo inmortal de los ausentes,
repasando los nombres de la gente
que me sigue sangrando por los poros.
Aquel viento de marzo me encabrona,
es una brecha abierta en el diario
de un dolor que ni olvida ni perdona.
En rojo y sangre está en el calendario,
la fecha que recuerda a las personas
víctimas de un viaje innecesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario